Nada desea tanto Juan Oveja como tener su propia pequeña persona. Cuando por fin se la regalan, tiene mucho que hacer: Da de comer a su peque, le limpia la jaula y la saca de paseo. Sin embargo, un día Peque se le escapa y corre hacia el bosque. ¡Juan desconocía que las personas pudieran ser tan rápidas!
¡El mundo al revés! Una sorprendente e ingeniosa historia.

BEETHOVEN, EL MUSICO SORDO
ÉRASE DOS VECES LA SIRENITA 


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