Cuando se piensa en literatura infantil suele venirnos a la mente el nombre de Roald Dahl. Y es que su legado está vinculado con gran cantidad de libros infantiles y juveniles que han acompañado a multitud de generaciones.
El 13 de septiembre de 1916 nació en Cardiff uno de los escritores más importantes de la literatura infantil: Roald Dahl. Por eso, desde Olacacia queremos rendir homenaje a esta pieza inolvidable de la historia de la literatura infantil.
Se calcula que a lo largo y ancho del mundo se han vendido más de 100 millones de libros de Roald Dahl. Una cifra enorme para un escritor único que gusta a peques y mayores. Porque Roald Dahl, además de ser el padre de personajes como Matilda y Willy Wonka, tenía una manera de contar historias sorprendente.
Su utilización del humor, de la ironía, la creatividad, la descripción de los personajes, la imaginación que “regala” a los niños y niñas… Los motivos para celebrar este 100º Aniversario de Roald Dahl son numerosísimos, que cada uno escoja su favorito.
Son muchos (muchísimos) los libros que Roald Dahl escribió en su larga trayectoria. Aquí os dejamos algunos de esos libros que tienen una vinculación especial con la tolerancia, la coeducación y la diversidad. Esperamos que os gusten:
CUENTOS EN VERSO PARA NIÑOS PERVERSOS
Una particular revisión de cuentos clásicos en la que Cenicienta acaba “casada con un señor que hacía mermelada”, Blanca Nieves hace autostop, los tres osos se comen a Rizos de Oro y Caperucita Roja se hace un abrigo con el lobo y… ¡con los tres cerditos! Un libro divertidísimo de un autor muy querido por los niños
EL VICARIO QUE HABLABA AL REVES
El vicario Robert Ozire llega a su nueva parroquia de Nibbleswicke. El párroco estaba un poco nervioso, ya que no conocía a nadie en la comunidad, iba a estar totalmente solo y no sabía si haría bien el trabajo. Por estos motivos, su antigua dislexia resurge, y empieza a pronunciar algunas palabras de la oración al revés. Al llegar al pueblo todos piensan que el nuevo reverendo está loco, pero es que ellos no saben de su padecimiento. Cuando el vicario se da cuenta que algo anda mal va al doctor. Éste le explica sobre su situación y le dice que la única forma de ayudarlo es que él camine al revés y así las palabras saldrán al derecho; para ayudarse, se amarra un espejo en la cabeza. Desde entonces todo cambia y la gente de Nibbleswicke entiende qué ocurre y se toma el problema con sentido del humor: ahora hasta las misas les resultan divertidas.