La niña silencio no es como los demás niños. Nunca habla y su casa no es como la del resto, parece más una guarida de lobos. Hay días rojos en los que ella sufre y los lobos aúllan y hay días azules en los que el ambiente es acogedor y los lobos son cariñosos. Por eso se debate entre contarlo y no contarlo, pues tiene miedo a perder los días azules. Finalmente encontrará la fuerza para hablar de su situación a una mujer que podrá ayudarla.
Texto simbólico que suaviza la dureza del tema.
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